martes, 4 de mayo de 2010

HUELLAS EN LA ARENA



Muchachos de apenas 16 años se esconden como polizones en algún gran barco de la costa subsahariana. Es de noche, pero ya hay movimiento en el puerto. Salieron siendo todavía niños de sus comunidades de origen y llegaron al mar después de caminar durante meses. Huyen de la miseria, de la guerra, de los abusos o de un futuro demasiado predecible. Tal vez todo a la vez. La adolescencia es un lujo que solo conocen una minoría de países.

Muchos días después, cuando ya han perdido la cuenta de las lunas y éstas comienzan a ser demasiadas, llegan a un puerto de otra latitud. Por el idioma y las frecuentes camisetas del Barça que ven, piensan haber llegado a un destino anhelado por muchos en las costas del sur de Europa. "Prefectura del Puerto de Buenos Aires", indica alguien. Uno de ellos no puede siquiera oirlo. El motor del barco a su lado durante semanas le ha dañado seriamente el sentido de la audición. Aún así está contento de haber llegado. Más bien de haber salido. Cuando lo que a uno le mueve es la huida, da igual donde llegue, incluso cómo llegue. Llenos de inseguridad y miedos, pero con la única certeza que buscaban, sonrien.

martes, 26 de enero de 2010

RELOJES


Buscaba hoy un reloj por la casa. Me di cuenta de que no tenía ninguno. Ni grande ni pequeño, bueno o malo, ni de marca ni de mercadillo. Pese a todo, encontraba la hora en todas partes: en el celular, en la televisión, en la radio del vecino o en las farmacias de la calle.

O tal vez ella me encontraba a mí.

“Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo.

Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de tí mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes.

No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a tí te ofrecen para el cumpleaños del reloj”.


(Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj; Julio Cortazar)

sábado, 31 de octubre de 2009

SINCRONÍA


Comencé a fumar porque el tiempo pasaba de otra forma mientras lo hacía. Más lento. Más denso. Quizá en otro estado menos líquido de lo habitual, cuando te empapa el cabello, resbala por la boca, te moja la campera, escapa entre los dedos, baja por tus piernas y volver atrás ya no es posible.

Inspirar por la boca….Pasar el humo blanco al tórax radiografiado, llenar los pulmones, absorber. Expirar… expulsar la niebla previamente saboreada.

Era entonces cuando la realidad comenzaba a modificarse.
La gente que corría, de pronto ralentizaba la marcha y paseaba; los autos bajaban la velocidad e incluso cedían el paso; las hojas de los árboles caían mostrando formas en las que nunca había reparado, quedando suspendidas en el aire más tiempo de lo normal. Hubo alguien que tropezó, pero lo hizo tan lenta y cuidadosamente que le dio tiempo a reaccionar y colocar un pie para evitar una caída que hubiera sido segura. Sirva aclarar que aquello sólo era tabaco.

Miraba alrededor con la fascinación de quien descubre una segunda lectura de un texto o la metáfora de una película. El quiosquero mirando de reojo el escote de la dueña de la florería, el mesero calculando qué billetes entregar como cambio para que no hubiera riesgo de eludir la propina, podía adivinar una canción en los labios de una adolescente que iba escuchando música y era capaz de ver el juego de miradas que habían comenzado dos hombres sentados en la terraza del bar de enfrente.

Llegaban a mí aspectos antes cubiertos, tapados por la locura del tiempo y sus prisas, sus atajos. Inspirar…. No dejaba de ser contradictorio que un acto nocivo, como es el de inhalar alquitrán, tabaco y amoniaco en bajas dosis, me hiciera consciente del acto primario de respirar en el que tan pocas veces reparamos. Expirar…

Fumo muy poco, pero continúo haciéndolo porque ese ejercicio cotidiano obliga a detenerse, a mirar, a mirarse. Extraño es estar en la calle quieto, sin más pretensión que observar alrededor. Sin embargo, es habitual ver a fumadores en las puertas de los negocios, de los bancos, sentados en la cafeterías; ejerciendo todos ellos de voyers espontáneos gracias a la coartada del cigarrillo. Desconozco si con la práctica, la densidad de ese tiempo blanco y gaseoso se sincroniza con el tiempo real. A tenor de la mirada aguda y atenta que casi siempre hay detrás de alguien que aparentemente solo fuma
, dudo que así sea. Si algún día llega a ocurrirme, lo dejaré.

viernes, 31 de julio de 2009

VOLAR


En este camino
hay incertidumbres,
bifurcaciones,
ansiedades que se queman.
Hay también tiempos detenidos,
espera tensa.
Pérdida del rumbo,
destinos que no llegan
[…]


En este camino
hay compañeros de viaje,
estaciones de servicio inagotables.
Narcotrafic dejándole ravioles a la Difunta Correa
mientras la pobre pide a gritos
que una mamadera
la liberare al fin de su condena.
Hay polvo acumulado
en el calzado.

En este camino hay atajos,
desvíos, desvaríos,
ómnibus que silvan en la noche;
despedidas, promesas, regresos incumplidos
cadáveres arrojados a la ruta.

Existe además la remota posibilidad
de elegir otro camino paralelo
para eludir los puestos de peaje.

O de extender las alas largo a largo
y alzar el vuelo.

(Carlos Alfredo Müller, poeta salteño)

viernes, 19 de diciembre de 2008

OBJETIVIDAD INOFENSIVA




"Durante varios lustros hemos sido serenos, objetivos, pero la objetividad es INOFENSIVA, no sirve para cambiar el mundo. Hace falta pasión, y pasión gritada, o pensada a los gritos, o escrita a los gritos.



Hay que gritarla en el oido a la gente, ya que su aparente sordera es una especie de autodefensa, de cobarde y malsana autodefensa. Hay que lograr que se despierte en los demás la vergüenza de sí mismos, que se sustituya en ellos la autodefensa por el autoasco. El día en que el uruguayo [que el ciudadano] sienta asco de su propia pasividad , ese día se convertirá en algo útil".

La Tregua, Mario Benedetti

sábado, 15 de noviembre de 2008

FRONTERAS


- Es usted extranjera? Preguntó la señora, fijando su vista curiosamente.

- No en todos los países. Y no lo seré por siempre. Es una condición con la que no se nace, sino que se adquiere a lo largo del tiempo. Especialmente a lo largo del espacio.


domingo, 9 de noviembre de 2008

PAISAJES URBANOS


Reserva Ecológica Costanera Sur
Buenos Aires, Noviembre 2008

jueves, 30 de octubre de 2008

RETORNOS SIN SECUELAS

Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver”, decía –dice- Sabina.

Aparece esta frase en el álbum de fotos de mi primer viaje transatlántico hace ya una década, cuando aún almacenábamos esquirlas de recuerdos en papel brillo o mate.

Quizá necesitaba que una buena máxima legitimara lo que probablemente sucedería: que no regresara jamás a ese lugar que observó el primer vuelo (corporal, vital) de una chiquilla con veintiún años recién estrenados.

Ahora estoy segura de que al pasado se ha de tratar de volver. Para rescatar promesas pendientes, para enaltecerlo, para asegurar certezas, para encajar olvidos, para elogiar quienes fuimos, para entender lo que no somos, para desmitificarlo, para eximirlo de culpas. Para añadirle los pedazos que nos dejamos en la sinapsis de la memoria durante tantos años.

La vida ha sido desprendida conmigo y me está brindando la oportunidad de volver sobre el camino recorrido, de revisar lo vivido con la calma que aporta la distancia. Hace ya dos meses que llegué de una ciudad dorada por el sol para asentarme en la orilla de un puerto plateado por un inmenso caudal. Con el pasado como telón de fondo, llegan simultáneamente ecos de hace tiempo, de la ribera del Paraná y del Río de la Plata, de canciones nunca olvidadas, de alguien que habla de Paraguay y su latido.

De momento puedo afirmar que salgo indemne de este ejercicio de desobediencia, pues no atisbo ninguna muestra de la sutil amenaza que recoge la frase de Sabina.

ROSARIO 1998-2008

Perdón por el atrevimiento…pero estas ideas me llevan dando vueltas desde hace algunos días. La canción que las provoca lleva haciendo lo mismo media vida.

Me fui. Y los árboles del parque siguieron creciendo.

Pasaron muchos otoños, pero los árboles no murieron, ni tampoco mi fe.

Aumentó, sí, la ciudad en mi ausencia, pero no se olvidó lo aprendido.

Pude cumplir algunos planes que entonces tracé con la persona que sigue mostrándome sus temores. No estoy cansada. Seguro estoy más vieja.

Pasaron tantas, tantas cosas. Tantas, que ninguna revistió trascendencia como para cambiarnos.


TANTAS COSAS

(I. SERRANO, Los paraísos desiertos, 2000)

Si te vas, los árboles del parque seguirán creciendo, pasará este otoño.
Se unirán dos nuevas soledades, se dirán mentiras, seguiremos locos (...)

La ciudad en tu ausencia seguirá creciendo, devorando vidas, haciéndolas humo.
Otros cumplirán los planes que trazamos, que no terminamos, haciéndolos suyos.

Seguirás llorando en algunos cines, olvidando todo aquello que aprendiste.
Nacerán mil niños y nuevas canciones, y quizás alguno, quizás, lleve tu nombre.
Nuevos simulacros, nuevas confesiones.

Si te vas, los árboles del parque seguirán muriendo y también mi fe.
Seguiré olvidándome las llaves al salir de casa, y quizá en tu piel
haya quien esconda allí su cansancio, todos sus temores, o quizás sus labios.

Tantas, tantas cosas seguirán pasando, que quizás las cosas no nos cambien tanto.
Tantas, tantas cosas.

Pero si te vas, estos días serán esa sucia y vacía franja de playa
que queda cuando tú te has ido, cuando el mar se aleja y la marea baja.
Yo estaré cansado y quizás más viejo, maldiciendo estos días muertos.

Tantas, tantas cosas seguirán pasando, que quizás las cosas no nos cambien tanto.

Para ver y escuchar:

http://www.youtube.com/watch?v=RkzOjRiSZ2I

miércoles, 22 de octubre de 2008

PASADO LLENO DE VIDA

"La borró

"La borró de la fotografía de su vida no porque no la hubiese amado, sino, precisamente, porque la quiso. La borró junto con el amor que sintió por ella. La gente grita que quiere crear un futuro mejor, pero eso no es verdad, el futuro es un vacío indiferente que no le interesa a nadie, mientras que el pasado está lleno de vida y su rostro nos excita, nos irrita, nos ofende y por eso queremos destruirlo o retocarlo. Los hombres quieren ser dueños del futuro sólo para poder cambiar el pasado. Luchan por entrar al laboratorio en el que se retocan las fotografías y se rescriben las biografías y la historia. "

Milan Kundera, "El libro de la risa y el olvido"